Hacía mucho que no pasaba a escribir, realmente no tenía mucho para decir. Más allá de las problemáticas cotidianas que a veces nos invitan a reflexionar de manera vaga y volátil.
Esta vez, me trae la indignación, o tal vez la decepción.
Leyendo por ahí algunas cosas, observando a la gente en la calle, escuchando u oyendo comentarios, llegué la conclusión de que mucha gente se conforma. Elige el conformismo como modo de vida. No aspira a más de lo que conoce. ¿Miedo? ¿Pánico? Sea cual fuere la causa, me desespera la manera de llevar sus vidas: tienen conciencia de que pueden más, de que las vidas que tienen no los llena, que tal vez podrían cambiar pequeños detalles que significarían algo grande, y aún así permanecen estáticos, estancados en los mismos modos, las mismas actitudes que los golpean y los sobrepasan.
Conformarse ante las malas decisiones, siendo concientes que hacen daño, y que se hacen daño.
¿Por qué no vivir persiguiendo sueños? ¿Acaso el mundo globalizado nos hizo tan frívolos que nadie se detiene a pensar qué quiere realmente?
Meras copias de una imágen irreal, austados por la posibilidad de ser distintos. Me da escalosfríos!
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